14 Jun
14Jun

Su nombre proviene del griego "Phoenix" que significa "rojo", su plumaje es de color rojo con plumas doradas. Tanto era el honor y respeto hacia esta ave, que le dedicaron un templo en Heliópolis para que sea su hogar (que después fue la ciudad sagrada del Fénix). El ave, volvía cada 500 años a aquel lugar para morir y luego renacer de sus cenizas.


Antes de perecer, el Fénix construía su nido en lo alto de una montaña con sándalo (árbol de la india) y otras maderas y hierbas resinosas y perfumadas. Cuando terminó su nido y ya le llega la hora, se posa sobre su nido y abre sus majestuosas alas y luego, la luz del sol consume al ave y nido mientras ella canta su más bella canción. Al poco rato, sólo cenizas perfumadas quedan, pero tras un breve tiempo, de los restos incendiados aparece un huevo, que el mismo calor se encarga de calentar y empollar. De aquí, nace nuevamente el ave Fénix tan brillante como la luz de sol. Durante los años de su vida, el nuevo Fénix cuida el mundo y a las demás criaturas.


Algunos creían que los Fénix representaban el fuego y los Labradores les pedían en épocas de frío, que hiciera brillar el Sol para que sus cosechas sean prósperas y abundantes. Los Griegos por otra parte, llamaron al Fénix "Phoenicoperus". Ésto se debe a sus alas rojas y que más adelante se extendió por toda la Europa romana; por otro lado, este nombre fue adoptado por todos los científicos del mundo para denominar al Gran Flamenco.

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